ARGUMENTOS PROGRESISTAS N.º 51, mayo-junio 2023

ELECCIONES MUNICIPALES, OTRA PRUEBA DE FUEGO

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La experiencia de 46 años en la política municipal democrática nos habla de miles de vecinos que han ido asumiendo, en muchos casos gratuitamente, la responsabilidad de gestionar 8.131 ayuntamientos, de los que más de la mitad no llegan a 1000 habitantes.   

Los Ayuntamientos y Diputaciones debieran ser las instituciones donde la colaboración y lealtad institucional fuera la argamasa entre ellos y con las Autonomías. Las instituciones municipales son de y para toda la ciudadanía; los servicios públicos como sanidad, educación, servicios sociales, agua, media ambiente…etc., son su razón de ser, y deben, por tanto, tener una financiación suficiente.

En la Edad Media la prueba de fuego consistía en una forma de tortura que se practicaba en aquellos que resultaban sospechosos de no coincidir en los mandatos de la divina providencia. Bastaba una llama sobre el cuerpo para averiguar si una persona era culpable o inocente; todo un manual de las buenas costumbres. Sin embargo, hoy en día esta frase alude a las veces que tenemos que pasar un examen muy difícil y del tipo que sea, vital, profesional y, por descontado, político.

Hasta 1870 no existían los Ayuntamientos. Así se refleja en la Ley de Bases de Régimen Local (Ley 7/1985); concretamente en su Exposición de Motivos, la cual es una especie de introducción que todas las leyes incluyen para explicar la necesidad de su formulación. A propósito de ello, les recomiendo la Exposición de Motivos de la Ley de Memoria Democrática (Ley 20/2022), un prodigio de resumen sobre nuestra historia bajo un régimen fascista. No me resisto a recordar que, hasta el 1 de octubre de 1931, solo era privilegio masculino participar de la voluntad general. Fue en las Cortes Constituyentes cuando se aprobó el sufragio universal, porque antes ninguna mujer podía ejercer el derecho al voto, hasta que llegó la abogada Clara Campoamor. También Campoamor recordó la importancia de los ayuntamientos en su obra, La Revolución Española vista por una republicana, a propósito de la Guerra Civil en Madrid. Ella quería llamar la atención sobre la importancia de no debilitar las instituciones republicanas, en especial a los municipios, porque eran las más próximas a la ciudadanía, sabiendo de todas las dificultades que han de afrontar los vecinos y la necesidad de unas administraciones eficaces. Votar ha sido una obstinación política de quienes luchaban por un país democrático, como recuerda el artículo 6 de la Constitución Española.

Si bien las elecciones autonómicas y nacionales se convocan con el único criterio de quien presida los respectivos gobiernos, las elecciones municipales siempre coinciden con el último domingo de mayo. Las primeras que se celebraron en la España reciente fueron un 3 de abril de 1977, una experiencia de apertura inolvidable para quienes fuimos testigos de ello. Pudimos comprobar cómo fueron creando su agenda política, paso a paso, estrenando su responsabilidad institucional. Así nacieron los primeros ayuntamientos democráticos, que tuvieron entre sus filas a miembros de multitud de asociaciones vecinales, así como de hombres y mujeres militantes de los partidos políticos. Las diputaciones provinciales, corporaciones locales junto a los ayuntamientos, son un banco de pruebas para trabajar conjuntamente entre administraciones. No olvidemos que nuestra organización territorial es todo un reto de colaboración interna y, cuando se trata del Gobierno Central, cualquier transferencia económica ha de tener presente la singularidad de nuestras 17 comunidades autónomas, provistas de parlamentos con plena soberanía política.

En 2022 nuestro país contabiliza 8.131 ayuntamientos; y de todos ellos, 4.986 municipios tienen menos de 1000 habitantes. La cifra es escalofriante por lo que supone la dureza de mantener los servicios esenciales, como los centros de salud, los colegios, las farmacias, el transporte y, por supuesto, los bares. Sí, añado los bares por lo que significan de lugares de encuentro, donde se ejerce la sociabilidad que en la España rural equivale a experimentar el sentimiento de pertenencia a una comunidad. El escritor Sergio del Molino subrayaba la importancia de la convivencia, allí donde abunda más el número de animales que de individuos censados en la localidad. Del Molino escribió Contra la España Vacía, y de hecho a partir de entonces se introdujo, como expresión habitual el concepto de la España vaciada, en la cual, según datos de la Federación Española de Municipios (FEMP), 2.300 ediles que la habitan –es decir, cuatro de cada diez– no reciben salario alguno, pero las demandas del vecindario son tan contundentes como si cobraran una fortuna.

Una persona sentado en un sillón

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Deberes de futuro

En 2023 España, el gobierno central, es el encargado de maximizar los fondos procedentes de la Unión Europea, los Next Generation, de los cuales informa la FEMP a través de un correo para resolver dudas: fondoscomercio@femp.es. Estoy convencida de que la política municipal es la más apasionante; y por supuesto, debería ser la primera escuela política. De hecho, en Francia, para la elección de un cargo político se valora que haya ejercido como alcalde o alcaldesa. A pesar de todos los esfuerzos, tenemos ante nosotros una tarea mucho más ambiciosa: aprender a tomar decisiones colaborativas en el sector público, donde los municipios juegan un papel fundamental para engrasar relaciones institucionales. Hoy en día es una hazaña demandar colaboración entre administraciones territoriales. Me refiero a las diputaciones y los ayuntamientos. No olvidemos el impacto que padece la ciudadanía en cuanto a las disputas de las Cortes Generales, más parecidas al Circo Romano cuando se duda de la legitimidad de un gobierno, sin recordar los resultados de las elecciones celebradas en el año 2019. Debemos restaurar la confianza en la clase política, porque cualquier edil lleva una buena carga de trabajo, la cual no entiende de días festivos ni horas tardías. En todo caso, y con ciudades de gran tamaño, en todas es preciso devolver la confianza de la ciudadanía en las instituciones, porque aún hoy es una ardua tarea convencer a militantes, y personas del territorio, para conformar listas municipales.

Pondré un último ejemplo. Algunas comunidades autónomas pueden delegar por ley, y luego se financian a través de un acuerdo marco, las competencias de empleo en ayuntamientos de tamaño mediano y también en las diputaciones. Pensemos brevemente sobre este tema. Ya el II Convenio de empresas vinculadas a Telefónica España, como Telefónica Soluciones de Informática y Comunicaciones, entre otras (BOE, 13 noviembre, 2019), nos advertía que el mercado de trabajo está cambiando, con una nueva modalidad: será más flexible, se cambia de ocupación, incluso de tipos de trabajo, y por si fuera poco, en distintos lugares geográficos. La gran novedad a la que se enfrentan nuestros jóvenes ya no coincide la ocupación con un lugar “físico” donde ejercerla, lo que implica que cada trabajador sea un “trotamundos” de las oportunidades laborales; son los nómadas digitales. La Red Eléctrica escapa a las competencias de los municipios, pero dada la necesidad de arraigar la población a nuestra geografía, es una prioridad vivir en lugares menos poblados si dispone de una buena conectividad; por ello es clave facilitar recursos telemáticos a la población. Por ejemplo, un ayuntamiento puede financiar un call center, un nombre inglés utilizado para referirse a un centro de atención telefónica, utilizando también otros canales digitales; su finalidad es informar sobre servicios públicos, o sobre otro tipo de demandas del mercado. Estos centros bien pueden municipalizarse para ir creando empleo e ir perdiendo el miedo a las nuevas tecnologías, una sensación que no nos podemos permitir. El aprendizaje no tiene edad, pero en cuanto nos referimos a las habilidades digitales y tecnológicas, más de la mitad de la población española, 50,9% (INE, diciembre 2021), se consideran incapaces de adquirir estas destrezas. En un mayor número les sucede a las mujeres, lo que se denomina la brecha digital, pero también les sucede a las personas de más edad. Y desde luego, con una administración electrónica (Real Decreto, 203/2021), superar esta barrera pasa por cursos y, sobre todo, por implicarlos, como al resto de la población; estimular una participación decidida del vecindario nos hace falta formar parte de la toma de decisiones. De esta manera el último domingo de mayo, y cada cuatro años, será más fácil volver a recuperar la confianza ciudadana, que, traducido en clave electoral, es una papeleta cargada de expectativas hacia quienes ejercen los gobiernos municipales.

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