AP4708 POLÍTICAS INDUSTRIALES PARA UNA TRANSICIÓN JUSTA

ARGUMENTOS PROGRESISTAS N.º 47, agosto-septiembre 2022

POLÍTICAS INDUSTRIALES PARA UNA TRANSICIÓN JUSTA

Es necesario disminuir la desigualdad. La injusticia que entraña se hace más grave por el hecho de que esa desigualdad incide en forma muy negativa en el medio ambiente. La política industrial debe contribuir a un mayor equilibrio social y un mejor trato al medio ambiente. Un ejemplo de ello es el proyecto Polo Autosur. Se trata de una iniciativa para promover la movilidad sostenible, con acciones muy diversas, pero fundadas en una estrategia industrial global

Hoy poca gente pone en duda que la crisis climática no sólo implica una variación cada vez más acusada de las temperaturas, sino que tiene implicaciones sociales que aún a duras penas somos capaces de entender. Parece evidente que los que menos contribuyen al cambio climático son quienes menos tienen, que por otra parte son quienes, con certeza, más sufren las consecuencias del mismo.

El artículo “Pajitas de plástico, jets privados y desigualdad climática” pone cifras a esta cuestión, y cuando se para en los datos concretos se da cuenta de la magnitud de este problema. Sólo un dato para contextualizar: A nivel global, “el 10% más rico emite el 50% de las emisiones; el 50% más pobre, apenas el 10%”. Esta cuestión es, a mi modo de ver, tan nuclear como el propio cambio climático, ya que eliminar de los análisis la creciente brecha de desigualdad, es obviar la cuestión que probablemente más va a condicionar a nuestra sociedad en el futuro cercano.

Quería empezar con la referencia de este artículo porque, a mi juicio, es este el terreno donde realmente nos estamos jugando nuestro futuro, y es que la necesaria transición ecológica, la que nos debería permitir mirar a nuestro planeta dentro de unos años sabiendo que hemos preservado la posibilidad de vivir en un lugar seguro y agradable, tiene que poder aterrizarse para todos, especialmente para quienes más pueden sufrirla. Se trataría entonces de conseguir que quienes hoy se encuentran en posiciones de partida desfavorables para afrontar esta crisis, se incorporen a los necesarios cambios de modelo productivo como ciudadanos de pleno derecho, y asegurando una mejor redistribución de los recursos.

Como parece evidente, la transición justa debe abordarse desde dos vertientes distintas, las dos necesarias, las dos complementarias: la política fiscal y las políticas públicas. Cómo se recauda y cómo se gasta. A pesar de la importancia de la primera, en el artículo de hoy me interesa centrarme en la segunda: las políticas públicas de gasto para abordar de verdad una transición justa, y pretendo hacerlo desde la concreción de un ejemplo concreto: el Polo Autosur.

En marzo de 2022, Más Madrid presentó el proyecto industrial más ambicioso hasta la fecha en la Comunidad de Madrid: el Polo Autosur. Este proyecto se articula en torno a algunas cuestiones que pretenden aterrizar y acompañar la transición ecológica mientras crean nuevos puestos de trabajo y se genera riqueza para el conjunto de la población, abriendo opciones de un futuro digno a las nuevas generaciones y dibujando un horizonte donde el Estado, con mayúsculas, alinea el interés general con el interés particular, ejerciendo como le gusta decir a Marianna Mazzucato, de “Estado Emprendedor”.

Pocos ponen hoy en duda que la industria es la clave de bóveda de la transición energética. En nuestro país es el segundo sector en importancia, y más de 2,3 millones de personas trabajan actualmente en el mismo. La industria, por su propia naturaleza tiene un elevado arrastre, donde en media, cada euro adicional en la demanda final conlleva un incremento en el valor de la producción del conjunto de la economía de 3,11 € [1].

Esto hace que hoy, como en otros momentos de cambio en nuestra historia, tenemos que obligarnos a afrontar el futuro de nuestra industria, dejando atrás la tendencia de las últimas décadas, donde los países europeos han apostado por desplazar la producción a zonas de bajo valor añadido y bajos salarios, perdiendo capacidad productiva y debilitando nuestras sociedades. Para hacernos una idea, la industria española en los años 70 suponía el 35% del PIB, y en la Comunidad de Madrid, en los últimos 20 años hemos perdido casi 5 puntos, quedándonos por debajo del 10% en el conjunto industrial y en el 5,7% de industria manufacturera.

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Por todas estas cuestiones, la economía de nuestra región tiene que apoyarse, necesariamente en el desarrollo de la industria entendida como un todo, dando solución al futuro industrial de nuestra región, asegurando la soberanía de la misma y teniendo en cuenta todas las restricciones que nos vamos a encontrar en el futuro, y sobre todo, procurando una adecuada distribución –social– de los problemas que van a provocar los costes de la transición. No podemos permitirnos, como sociedad, que las cargas de la misma las asuman los de siempre, y salir de esta crisis con una sociedad más desigual.

El Polo Autosur es una apuesta de región en un sector de futuro, el de la movilidad sostenible, donde, si bien no abordamos todas las aristas de la transición ecológica, sí podemos hacernos cargo de algunas de ellas, fortaleciendo el papel de la Administración para que se ocupe de forma proactiva de “redistribuir” el impacto de la misma. Nuestros gobiernos no pueden ser meros observadores de la transformación y adaptación de uno de los principales sectores económico-industriales de nuestro país, sino que tenemos que apostar por un estado emprendedor. Un Estado que avance hacia modelos productivos y organizacionales donde la explotación de los recursos naturales no exceda lo que nuestro planeta puede darnos. Y esto exige liderazgo político, pero también empresarial.

El Polo Autosur consta de siete ejes que contemplan la movilidad como un todo, siendo todos ellos necesarios para desarrollar una visión sistemática y holística de la industria de la movilidad sostenible, ofreciendo a empresas incentivos y recursos para llevar a cabo los cambios necesarios para dar ese salto al que aún hoy nos estamos resistiendo.

Los ejes, por agruparlos de la forma que considero más ordenada, serían: los vinculados a la reconversión industrial, los vinculados a la soberanía industrial y los vinculados a la transición energética. Cada uno de los ejes es complementario del resto, y si bien por procurar claridad en la exposición considero cada una de las líneas de actuación en apartados diferentes, en realidad estas no son nunca estancas, sino que se retroalimentan y crecen de manera conjunta.

El primero de los ejes, que he denominado de “reconversión Industrial”, se explica en tanto que estamos inmersos en un cambio de paradigma en el mundo de la movilidad. Mientras que hasta hace pocos años la ventaja competitiva en el sector de la automoción la determinaba la reducción de costes, hoy, en un contexto de densificación de las ciudades y vehículos compartidos, los que sobrevivan a este cambio lo harán por su capacidad de adaptación al entorno, y si todo sigue en la misma dirección, con un volumen de producción muy inferior. Las líneas contempladas en el Polo Autosur para la reconversión del sector de la automoción pasan por:

  • Financiación de proyectos para la transformación y establecimiento de líneas de producción de vehículos eléctricos y para componentes.
  • Apoyo a la logística de vehículos a partir de la mejora de las infraestructuras de transporte por ferrocarril, lo que permitirá reducir los costes logísticos y el impacto medioambiental.
  • Apoyo a la instalación en la región de Madrid de fabricantes de bicicletas, tanto a través de ayudas directas para la atracción de fabricantes como a través del establecimiento de un marco de Agrupación de Empresas Innovadoras (AEI) que permita el desarrollo de proyectos de innovación conjuntos.
  • Apoyo a emprendedores del sector de la movilidad sostenible, con líneas específicas de ayudas directas y financiación en condiciones favorables.

Todas las líneas expuestas hasta ahora requieren sin duda el apoyo decidido de la Comunidad de Madrid, si bien falta quizás el elemento más importante: la formación y la recualificación de quienes tienen que hacer efectiva esta transición. En un mundo que cambia cada vez más rápido, es necesario que nos podamos adaptar lo más rápidamente posible a las nuevas necesidades que van generándose, en particular a través de nuevos grados y especializaciones. Nuestra industria tiene ya hoy día dificultades para incorporar y retener talento, y la escasez de trabajadores va a ser uno de los elementos limitantes en los próximos años para permitir un crecimiento sostenido.

El segundo de los ejes considerados en el Polo Autosur se refiere a la “soberanía industrial”, y esto tiene que ver esencialmente con dos cosas: asegurar que en el futuro somos capaces de imaginar horizontes donde nuestro tejido productivo sea competitivo, y asegurar nuestra capacidad para proveer de insumos al mismo con un elevado grado de certidumbre.

Para el primero de los puntos, el referido a imaginar un futuro, necesitamos incrementar drásticamente la inversión –que nunca es gasto– en investigación y desarrollo. Y necesitamos que esa inversión se lleve a cabo en un marco de estabilidad donde nuestros investigadores, nuestro talento, tenga asegurada su carrera en la Comunidad de Madrid. Por ello, uno de los puntos más importantes es precisamente ese, asegurar que somos capaces de atraer talento y proveer de futuro a quienes van a generar los modelos de negocio de las generaciones venideras.

El segundo de los puntos de la soberanía industrial se refiere al aseguramiento de la cadena de suministro de materiales. Hasta hace apenas tres años, las Cadenas Globales de Valor (CGV) eran consideradas seguras, donde las roturas de stock eran meros accidentes. Sin embargo, el rápido desarrollo de nuevas tecnologías y los cada vez más volátiles precios de los materiales, obligan a repensar estas cadenas desde lo público, para no poner en riesgo la viabilidad misma de nuestro tejido productivo.

El último de los ejes del Polo Autosur es el de “transición energética”. Es evidente que el problema del cambio climático tiene mucho que ver con el (ab)uso de los combustibles fósiles, y en nuestra región más del 60% de los vehículos tienen hoy más de 10 años, mientras que menos del 2% tienen etiqueta eco o cero emisiones. Y aquí, el proyecto considera esencialmente tres medidas: el apoyo a otros medios de transporte no contaminantes, la reconversión de vehículos a tecnologías limpias y la adaptación de las infraestructuras para poder asumir el reto de una nueva movilidad.

El primero de los puntos, apoyo a otros modos de transporte no contaminantes, se explica por sí mismo, y en nuestro caso (hay otros modelos interesantes) apostamos por la ayuda directa a la compra de bicicletas.

El segundo de los puntos, la reconversión de vehículos contaminantes a tecnologías más limpias (conocido como Retrofit en el argot), nos permitirá adaptar cerca de medio millón de vehículos a formas de impulsión más eficientes y menos contaminantes, permitiendo también que los más de 6.000 talleres de la región tengan un volumen de trabajo adicional que no sólo les va a permitir afrontar los próximos años con solvencia, sino que formará profesionales altamente cualificados que retroalimenten el ecosistema industrial.

Y por último, en este eje el despliegue de la infraestructura de recarga, imprescindible para abordar con garantías la transformación de nuestro parque de vehículos.

El resumen de todas estas políticas públicas, enfocadas la reconversión completa de este sector en nuestra región, lleva aparejada una inversión pública de 1.400 millones de euros, que estimamos arrastrará una inversión privada superior a los 4.000 millones, permitirá crear más de 3.800 empleos directos y más de 15.000 indirectos e inducidos, todos ellos en sectores de alto valor añadido. Solamente con un estado valiente y emprendedor seremos capaces de gobernar el futuro que nos aguarda, ofreciendo marcos estables, nuevas oportunidades de negocio, certidumbres y un reparto equilibrado de las cargas a asumir. Y lo más importante de todo, el futuro que construyamos lo construiremos juntos.

  1. https://www.ceoe.es/sites/ceoe-corporativo/files/content/file/2020/10/09/110/industria_motor_crecimiento.pdf

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