AP4912 COP27: UNA CUMBRE CLIMÁTICA CON LUCES Y SOMBRAS
ARGUMENTOS PROGRESISTAS N.º 49, dic. 2022- enero 2023
COP27: UNA CUMBRE CLIMÁTICA CON LUCES Y SOMBRAS


La última cumbre sobre el clima no ha arrojado compromisos importantes a escala global, pero Estados Unidos y China han adoptado objetivos a escala interna, y sobre todo Europa ha asumido verdaderos compromisos en su ámbito
Veintisiete cumbres ya. Estados, empresas, entidades y organismos internacionales se reúnen para tratar de alcanzar acuerdos, acciones, plazos y la forma de financiar todo con el fin de frenar el cambio climático actual, sus efectos y cambiar el rumbo de nuestro modelo hacia otro más sostenible y limpio.
Es en los primeros encuentros donde se crea un concepto que cala en la sociedad: no debemos dejar un mundo peor a nuestros hijos que el que nos encontramos. Hoy, bastantes años después ya no hablamos de calidad, sino de supervivencia: podemos cargarnos la vida humana en la Tierra, y con nosotros a muchas otras especies.
Un hito importante en estas cumbres climáticas fue la de París, donde se acuerda y se marca un punto de inflexión para evitar lo que la ciencia ya anuncia de forma clara: no puede subir la temperatura media del planeta más de 1,5ºC sobre los indicadores de la era preindustrial. Debemos tener en cuenta que hablamos de un aumento sobre la media del planeta que son unos 14ºC. Esta subida por encima del grado y medio supondría una subida en España de 4ºC.
Y llegamos a la cumbre celebrada en Egipto recientemente. Las fases siempre son las mismas: los primeros días acuden los gobernantes de todo el mundo y realizan discursos muy comprometidos y duros, las entidades y organizaciones ciudadanas comienzan a mostrar que el tiempo pasa y los acuerdos son pocos, escasos, se quedan cortos o no se cumplen igual por todos. Se pasa a mirarse a los grandes “contaminadores”: China, USA e India. Posteriormente a las declaraciones, se produce un silencio y se llevan cabo reuniones técnicas hasta altas horas de la madrugada. Finalmente, se producen acuerdos interesantes: falta de un acuerdo global, compromisos de los más “comprometidos”, y críticas por la falta de altura de la cumbre. En Egipto ha sido todo “de manual”.
El tiempo pasa, los efectos del cambio climático son más fuertes, irreversibles y evidentes, y la sociedad mundial está más conciénciala que nunca. La ciencia advierte con rigor, seguridad y evidencias de diversa índole que no hay vuelo atrás y no tenemos tiempo para perderlo.
En la COP27 se alcanzaron varios acuerdos muy importantes, destacando la creación de un fondo económico y el compromiso de financiación de los países más favorecidos para ayudar a la adaptación o a los efectos de los países económicamente más pobres y que además no son ni han sido los más contaminantes, pero si son los más afectados.
China y USA no se sumaron a los acuerdos globales, nunca lo hacen, pero asumieron compromisos propios muy importantes. Los plazos son el mayor limitante para ellos; no quieren que su modelo económico no pueda asumirlos.
Debemos destacar el papel de la Unión Europea y de España, con Teresa Ribera al frente. Por primera vez amenazaron con marcharse de la cumbre si no se alcanzaban acuerdos serios y con compromiso económico. Esta vez la UE y España han sido los motores de los acuerdos, asumiendo nuestro continente compromisos por encima de los globales. Es simbólico, pero tiene su importancia. Hemos destinado parte de nuestra producción a China por su “flexibilidad” ambiental, laboral y bajos salarios. Hoy debemos poner unas normas de producción en lo que compramos en Europa acorde con nuestros requisitos.